lunes, 15 de agosto de 2011

La muerte del señor Luis Banchero Rossi

Profunda consternación ha causado, en todos los medios del país, la noticia de la trágica muerte del conocido y joven hombre de empresa, Ingeniero Luis Banchero Rossi, motivan este duelo múltiples circunstancias horrendas de un crimen absurdo; la juventud de la victima, la espectacular carrera empresarial que había realizado; la importancia que para el  país tenían sus actividades; su innata simpatía personal; y el hecho de ser un hombre joven que, sin otra arma de su capacidad extraordinaria, supo construir en poco tiempo una red de industrias y empresas que dieron como resultados una industria pesquera que dieron como resultados una industria pesquera que hoy esta ubicada en el primer lugar del mundo.

Los países jóvenes, que luchan por salir de sus etapas de subdesarrollo, requieren hombres de energía, inteligencia, visión  y audacia para forjar empresas e impulsar la producción. El mundo de hoy, con sus complicados sistemas financieros y tecnológicos, tiene en el hombre de empresa a su mejor símbolo.

Dentro de la sociedad democrática, donde todos los ciudadanos tiene iguales oportunidades. Resulta enaltecedor que hombres animados por ideales, voluntad e inteligencia, se impongan con éxitos en pocos años.

Todas estas cualidades reunía el señor Luis Banchero Rossi. El país esperaba mucho de él. Las empresas que había forjado, se multiplicaban. De la pesca para harina y aceite, había pasado la construcción de artilleros y se iniciaba en la audaz línea de pesca para el consumos humano, Incursiono el terreno del periodismo, fundando una cadena de publicaciones en Lima y Provincias; fue promotor del deporte; hizo gran numero de obras de bien; impulso a los trabajadores en su lucha por superarse y supo contagias a jóvenes empresarios como el espíritu de audacia, de confianza en los destinos del Perú. Por  eso su muerte, constituye un verdadera perdida para el país y por ello debe llevarse a cabo la más prolija investigación para descubrir al autor o autores de tan execrable crimen.

EDITORIAL de El COMERCIO, Martes 04 de Enero de 1972 

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